EL PERFECTO ADIÓS, DEL PERFECTO ROGER

2022-10-22 20:46:21 By : Mr. Andy Cao

“La sinfonía mejor ejecutada al jugar tenis”.

Sentados juntos, agarrados de la mano y derramando lágrimas. Esa será la imagen del adiós de una de las grandes rivalidades que el deporte haya visto: el día en que Roger Federer se despidió del tenis cumpliendo el deseo de pisar la cancha una vez más al lado de su adversario más poderoso, Rafael Nadal. El día que nadie quería ver, el fin de una era en el deporte blanco.

Federer estremeció al mundo desde que anunció que la Laver Cup, uno de los pocos torneos de tenis que se juega por equipos, sería su última aparición profesional sobre la pista. Finalmente el tiempo le llegó al suizo. A sus 41 años decidió colgar la raqueta ante la realidad de que sus lesiones ya no le permiten estar a su mejor nivel.

Su último partido fue uno de dobles, al que invitó a Nadal para ser su compañero de despedida. Su derrota en el torneo fue solo la estadística. Lo que se vivió en Londres fue el mejor adiós posible para uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.

Federer es la historia de un recogepelotas en Basilea, con el sueño de un día ser profesional y ganar el torneo de casa, algo que consiguió en diez ocasiones. Y fue por más. Se volvió la raqueta número del mundo, rompió varios récords que parecían insuperables, dominó el tour y se enfiló a ser el mejor tenista de todos los tiempos, un punto que depende de la perspectiva desde la cual se analice.

Cuando Federer ganó el US Open de 2004 ya solo le faltaba Roland Garros para conquistar los cuatro Grand Slam. Sin embargo, en el torneo parisino de 2005 Nadal lo doblegó en semifinales para marcarle la línea de que la arcilla era un territorio dominado por el español. Federer finalmente sí logró conquistar Roland Garros, pero justo en el único torneo en que Nadal no pasó de una cuarta ronda debido a una lesión.

Si Nadal ganaba en arcilla y en Roland Garros, Federer lo hacía en cemento y pasto y en Wimbledon. Sus intensas batallas los llevaron hasta las lágrimas. Al poco tiempo se sumó Novak Djokovic con su dominio en el Abierto de Australia, para formar una dinastía y gran rivalidad nombrada como el Big 3. En conjunto suman 63 Grand Slam.

Y es en este punto donde es difícil determinar quién de los tres es el mejor tenista de todos los tiempos.

Federer finalmente no se quedó con la marca de más Grand Slam ganados (20 contra los 22 de Nadal), ni el mayor número de torneos profesionales (103 contra los 106 de Jimmy Connors), ni el de más semanas como número uno (310 contra las 373 de Djokovic).

Pero nadie negará que su tenis es el más elegante que se haya visto sobre una pista. Su derecha de golpes milimétricos, su revés a una mano, el slice con clase, los recursos de fantasía y los puntos de ensueño. La sinfonía mejor ejecutada al jugar tenis.

La Laver Cup fue el adiós perfecto a una carrera perfecta. Federer, además de despedirse junto a su gran adversario, lo hizo bajo los colores del equipo de Europa al lado también de Nole y de otros memorables rivales como Andy Murray, y en compañía de su familia.

El día en que Roger Federer quiso dejar el individualismo de su deporte para hacer una fiesta grupal en homenaje a su memorable carrera.

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