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Una de las formas más efectivas de cambiar el look a una habitación sin obras y con un presupuesto ajustado.
Poco a poco, pincelada a pincelada, la pintura decorativa se va abriendo paso en los suelos. Los suelos con diseños teatrales o con detalles llamativos pintados a mano han ido ganando adeptos en los últimos años. La libertad que da el pincel permite a los artistas y diseñadores evocar escenas mágicas y patrones intrincados que complementan perfectamente la arquitectura y el interiorismo de una estancia y es una solución muy buena si quieres cambiar el aspecto de tu suelo sin obras y con un presupuesto ajustado. Aunque parezca lo contrario, los suelos pintados no son una de las últimas novedades en decoración. En la Francia del siglo XV ya tenemos constancia de que existían suelos pintados. En aquella época, los artesanos y los propietarios de viviendas comenzaron a cubrir los suelos con telas pintadas que, a menudo, presentaban patrones y motivos decorativos. La tendencia sería adoptada más tarde por las colonias americanas en el siglo XVIII, cuando los suelos a menudo se pintaban con trampantojos para que parecieran de mármol. Finalmente, se abandonó la práctica de poner telas pintadas en los suelos y se empezó a pintar directamente sobre ellos, encontrando estas pinturas en muchas de las primeras casas estadounidenses, incluido el vestíbulo de entrada del Monticello de Thomas Jefferson. Los trampantojos imitando materiales lujosos que pintaron los primeros estadounidenses demostraron ser más que un experimento. Estos suelos pintados lograron encontrar una base decorativa sólida y allanaron el camino para el renacimiento moderno que viven hoy los suelos pintados.
Empecemos por señalar algo obvio, pero que es muy necesario tener en cuenta: los suelos son una superficie que sufre mucho más desgaste que las paredes y techos. Por este motivo, la pintura que utilicemos debe ser específica para suelos, una pintura más resistente. Según explican los expertos de Leroy Merlin, en el mercado hay tres tipos de pintura: acrílica o al agua, de secado rápido y recomendada para suelos de cemento; sintética, compuesta a base de resinas químicas y se diluye con disolvente sintético o aguarrás, tiene un secado más lento y es muy resistente, indicada para garajes y superficies asfaltadas; y resinas bicomponentes, las resinas epoxi son más indicadas para interior, mientras que las resinas de poliuretano son mejores para exteriores.
Si quieres pintar un suelo de madera barnizado, lacado o muy sucio, tendrás que lijarlo antes y después aspirarlo, fregarlo y dejar que seque muy bien. Aplica una imprimación para suelos y, cuando esté seca, da como mínimo dos capas de pintura. Los suelos de cemento o de hormigón deben tener porosidad para poder pintarlos (para saberlo, puedes dejar caer una gota de agua y, si tarda unos cinco minutos es absorberla, tiene una buena porosidad). Debes limpiarlo a fondo, eliminando todas las manchas que tenga y terminar con un detergente específico para suelos. Deja secar muy bien antes de pintar. Para suelos cerámicos, limpia muy bien la superficie con un producto específico y aplica masilla en aquellas juntas que lo necesiten. Aplica la imprimación, deja secar, y da dos manos de pintura para superficies no porosas.
Una vez sabemos la técnica, vamos a la parte estética. Te dejamos algunas ideas de suelos pintados aprobadas por diseñadores para que te inspires al pintar el tuyo.
Olvida la alfombra roja: Bunny Mellon dio la bienvenida a Jacqueline Onassis a la cabaña de huéspedes del siglo XIX de su casa con un suelo pintado por Malcolm Robson con un estampado de damero. Desde entonces, la cabaña ha cambiado de manos, pero el suelo pintado de tablero de ajedrez permanece.
"Pinto tantos suelos como puedo", dice el diseñador de Nueva York Jeffrey Bilhuber , quien usó un patrón de chevron de gran tamaño en una casa de Wyoming "para equilibrar la calidez de la madera. No necesitábamos más madera marrón. Necesitábamos algo que diera movimiento, unificador". Además, las rayas desvían sutilmente la atención de la zona de trabajo de la cocina hacia la chimenea. Un buen ejemplo de cómo decorar una cocina con un estilo rústico muy moderno.
"Decoro las habitaciones de abajo hacia arriba", dice Bunny Williams , defensora de que los suelos tienen un efecto enorme en el ambiente de una casa. "Es un error pensar que debes vivir con los suelos que vienen con tu casa". Un ejemplo de ello es su dormitorio en Nueva York, donde un trampantojo de mármol se combina con un patrón de diamantes y cuadrados.
"Este diseño es de un edredón estadounidense, que amplié para convertirlo en un mosaico a gran escala con el espíritu de los revestimientos encerados del siglo XIX", dice el diseñador David Netto de este vestíbulo de East Hampton. "Me encanta este suelo porque hace que un pasillo pequeño, estrecho y sin luz sea el espacio mejor decorado de la casa".
En un vestíbulo de Filadelfia y el pasillo contiguo, el diseñador Bennett Weinstock y la pintora decorativa Dianne Warner tomaron prestados patrones de incrustaciones circulares del Palacio Pavlovsk de Catalina la Grande, uno de los palacios más bonitos del mundo. Warner reprodujo el efecto de 12 maderas distintas para un crear trampantojo magistral que podría engañar a la propia reina.
"Los suelos pintados solo mejoran con el tiempo", dice la decoradora Heather Chadduck Hillegas Cuando renovó su casa colonial centenaria en Birmingham, Alabama, dio un toque especial a su cocina completamente blanca con un estampado clásico de diamantes en blanco y negro, y luego hizo que el artista la envejeciera antes de aplicar la capa de acabado. "¡Un clásico instantáneo!"
¿Es de extrañar que un naturalista empedernido quiera un "verdadero verde hierba" para pisarlo en el interior? El tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, puso en el suelo de la entrada de su residencia en Monticello un color verde creado por el retratista Gilbert Stuart especialmente para la casa del político.
En esta casa de Connecticut, la decoradora Ashley Whittaker reclutó al pintor decorativo Chris Pearson para cubrir el suelo del comedor con bandas de chevron blanco. La combinación recuerda un interior de Albert Hadley del que Whittaker dice que ella y su cliente "han estado enamorados durante años".