María Fernanda Cardoso: 'la naturaleza es una obra de arte' - Arte y Teatro - Cultura - ELTIEMPO.COM

2022-10-22 20:43:07 By : Mr. Felix-Henan Zoke Crane

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María Fernanda Cardoso con monumental obra al fondo.

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María Fernando Cardoso es una de las artistas más sólidas y destacadas del arte contemporáneo colombiano; su genial Circo de pulgas –en el que literalmente amaestró a estos animalitos para que pasaran por la cuerda floja o levantaran pesas– se ha expuesto en lugares como el Georges Pompidou de París y la Ópera de Sidney. Su obra es una exploración constante de la naturaleza y logra siempre piezas desconcertantes como su Corona para una princesa chibcha (una corona hecha de lagartijas disecadas), su Sol negro (una esfera cubierta de moscas que tiene un hermoso plateado por sus alas transparentes) o las fotografías de los órganos sexuales de las arañas y otros seres diminutos.

Hace poco, la artista radicada en Australia sumó otro hito: una obra pública monumental en Sidney, un mural de 11 pisos inspirado en el movimiento del agua y 335 metros cuadrados de superficie en uno de los nuevos edificios icónicos de su centro financiero. Cardoso se presenta nuevamente en nuestro “Autorretrato”. (Lea además: ‘Nadie en mi familia creía en mi proyecto de vida’: Nadín Ospina/ Autorretrato).

¿Considera que es una genio? Sí, ¡pero me da pena decirlo! ¿Cuál es, hasta ahora, su obra maestra? Tengo varias: La serie de animales disecados. El Circo de Pulgas Cardoso. Mi favorita, el Museo de Órganos Copulatorios (MoCo) y recientemente un video de arañas artistas “On the Origins of Art I and II” donde uno puede darse cuenta de que el acto de seducción es en sí una obra de arte ya sea uno humano o artrópodo. En este filmé el cortejo de las “arañas pavo real” australianas. Tienen una cola llena de colores y patrones espectaculares que exhiben en una compleja danza. Como solo tienen entre 3-5mm de tamaño mi teoría es que “uno no necesita tener un cerebro grande para ser artista”. ¿Qué colecciona además de arte? No sé si debo llamarlo una colección, pero soy una jardinera excéntrica. Tengo muchas plantas raras, de Madagascar, y de todas partes del mundo. Muchas suculentas escultóricas, algunos cactus.

¿A qué artista vivo o muerto le encargaría que pintara su retrato? A Óscar Muñoz y así desaparecer en frente de tus ojos. ¿Cuál fue la primera obra de arte que vio en su vida? Unas camas que vibraban de Feliza Burstyn en el Museo Nacional. Yo tendría unos 6 o 7 años y era tan inocente que no entendí la referencia a humanos copulando bajo unas sabanas, pero me impactó y la puedo ver todavía en mi mente. ¿Recuerda quién compró su primera obra? Mi papá. Me compró un cuadro bien bonito que hice cuando era estudiante de Santiago Cárdenas en la Universidad de Los Andes. ¿Qué significa tener una obra pública? Significa “yo estuve aquí”. Tengo varias obras de arte público en lugares importantes en Sídney. Significa que hice una marca en esta ciudad.

¿Cuánto tiempo se demoró haciendo este mural? ¡8 años! Pero no empezó como mural sino como obra de arte público integrada a la arquitectura. El arquitecto, Ángelo Candalepas me invitó a estar involucrada desde el comienzo de su proceso de diseño de este edificio que es una obra maestra del uso del concreto. Él es un genio y un poeta y me daba directrices loquísimas como: ‘Quiero un edificio peludo como tus obras de plumas de Emú’. Yo regresaba a mi estudio y me ponía a pensar. Le propuse un bosque en la punta del edificio de 35 pisos, en que los matorrales se movieran con el viento. Para presentar mi idea le llevé un video de la vegetación en un parque nacional cerca a mi casa, que queda encima de unos acantilados. En mi mente, el edificio era un precipicio y había algunas plantas en el techo agarrándose muy fuerte a esa roca enorme. Esa idea fue incorporada en el diseño del edificio, pero yo no participé en su diseño, porque el edificio, aún sin construir, cambio de dueños varias veces y contrataron al diseñador de paisajismo con el que propusimos esa ‘obra de arte’, pero sin mí. Entonces no me puedo dar crédito, sino de la idea. Me tragué mi orgullo y seguí ofreciendo ideas de cómo integrar arte en su edificio. Al final, concluimos que el lugar para una obra de arte era la culata de concreto, que quedaba encima de la entrada principal al hotel que ocupa los primeros 11 pisos. Les propuse tres estilos distintos y mis clientes escogieron el trabajo de línea, y así seguí desarrollando iterativamente el cómo pintar/dibujar líneas concéntricas. Y de allí hice cientos de versiones hasta que perfeccioné una técnica de hacer líneas que se comportaban como el rocío en los hilos de una telaraña. Entonces se llamó “Ondas y Gotitas”, porque mi brazo, al pintar, giraba como un péndulo generando ondas, y el pigmento se aglutinaba en gotas en las líneas de la ‘pintura dibujo’.

María Fernanda Cardoso con su monumental obra al fondo.

¿Qué dicen las personas que lo ven? A todo el mundo le encanta. Pero es una sorpresa encontrárselo. Uno va caminando, y de pronto mira arriba y lo ve. Llama la atención a pesar de ser discreto. Solo usé gris oscuro y blanco. Yo sabía desde el comienzo que el color blanco iba funcionar muy bien sobre el cemento y en el contexto de la ciudad. Yo quería una obra de arte que no compitiera con el edificio sino que se integrara y dialogara con él. El edificio queda en el centro de Sídney, y hay mucha competencia visual. El mural sorprende: se ve que es un dibujo hecho a mano en un mundo industrial, y dialoga con los hermosos arcos del edificio de Angelo, y con los arcos de las ventanas del edificio antiguo de al lado. ¿Cuál ha sido su peor crisis creativa? ¡Ay! Cuando exhibí mis jardines verticales y coronas funerarias en la Galería Garcés Velásquez en 1991 y no se vendió nada. Fue doloroso y después no volví a exhibir en Colombia por 11 años. Me fui del país a buscar un contexto más receptivo para mi trabajo. (Le puede interesar: El libro de $ 34 millones de Fernando Botero, que se presentó en Medellín). ¿Duchamp o Picasso? ¡Ambos! Me encanta lo prolífico de Picasso, pero de Duchamp hay una precisión conceptual exquisita que me fascina.

¿Por qué decidió convertirse en artista? Porque quería ser libre. Libre de las limitaciones creativas de lo funcional (como la arquitectura) y también libre de la academia (estudie con mucho rigor 10 años en el conservatorio de música de la Universidad Nacional). El aprender que el arte podía romper con las tradiciones académicas fue muy liberador. ¿Conserva sus dibujos de niña? Solo hay uno, que lo conservó mi profesora de religión, Julita Casas. ¿Cuántos años lleva de carrera? 37 años. ¿Cuál es la crítica que más le ha molestado? Cuando José Hernán Aguilar me dio mala nota en mi tesis de los Andes, porque dijo que no sabía escribir.

¿Y la qué más la ha hecho feliz? ¡Muchas! ¡Mi favorita fue una en el Wall Street Journal! ¿Cuál es la colección a la que pertenece que más lo hace sentirse orgullosa? La Tate Gallery en Londres me ha comprado varias obras importantes como el video que les contaba de las arañas, fotos, mi obra de tuzas de maíz y la video instalación del Circo de Pulgas Cardoso. ¡Y nunca he ido a Londres! ¿Tiene alguna obra que no haya querido vender? Muchas. Soy muy apegada a mis obras y tengo una buena colección, pensando en tener que mostrar cuando tenga una retrospectiva. ¿Cuántas piezas cree que ha producido? Cientos.

María Fernanda Cardoso, artista plástica colombiana.

¿Cuáles son sus materiales de trabajo favoritos? Me fascina trabajar con materiales naturales exóticos únicos en solo un lugar del mundo. Ahorita estoy trabajando con ‘gumnuts’ de eucaliptus australianos. En los 90’s trabajé con escamas de un pescado gigante del Amazonas, con estrellas de mar y con calabazas colombianas. ¿Qué tan ordenado es su taller? Más o menos. Trato. ¿Tiene horarios de trabajo? 9 a.m -5 p.m. A veces trabajo los fines de semana, pero trato de no trabajar en las noches. ¿Cómo nació su ‘estilo’? Mi estilo de romper con mi estilo anterior nació al estudiar las vanguardias artísticas del siglo XX con Miguel Ángel Rojas.

¿Colecciona obras de otros artistas? Algunas, pero pocas pues es una responsabilidad enorme. ¿Cuál es el artista que más admira en Colombia? Miguel Ángel Rojas. ¿Para usted cuál es el artista vivo más importante del mundo? No hay uno más importante que otros. Somos una comunidad. ¿Con qué artista le gustaría exponer en la misma sala? Mmm… con todos los animales, hongos, y plantas del mundo.

¿Qué obra del arte universal le gustaría tener en la sala de su casa? Cualquier criatura de la naturaleza es una obra de arte universal. Todas están bienvenidas. (Además: El artista colombiano Rafael Gómez-Barros se toma del Rijksmuseum). ¿Ha llorado frente a alguna obra de arte? ¬ Casi. En Japón, la artista Rei Naito hizo una instalación con gotitas de agua que surgen del piso en un gran espacio diseñado por el arquitecto Ryue Nishizawa. Es para mí la mejor obra de arte que he visto en mi vida. Se llama el Teshima Art Museum. ¿Cuál es el artista que más lo ha inspirado y el que más ha estudiado? La madre naturaleza. ¿El arte digital es el futuro?, ¿Ya tiene NFT’s? No. El futuro está en la vida, no en lo que hacemos nosotros los humanos. ¿Cuál es su libro de arte de cabecera? Una compilación de la obra y vida de Leonardo Da Vinci.

¿Por qué vale la pena comprar una obra suya? Porque es delicioso convivir con una obra de arte de la cual uno no se cansa de contemplar y reflexionar.

- El placer de regresar a la pintura con modelo, de la mano de Germán Quintana.

- Frida Kahlo: ¿por qué quemaron obra valorada en US $10 millones?

- Los 80 años de Ana Mercedes Hoyos.

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